Miles de palabras irrumpen en mi cabeza, se chocan, se golpean, pelean por salir. Mis labios quieren emitir esa frase, la intentan susurrar, una y otra vez, pero no hay forma. Mis manos
tiemblan, mi corazón late a un ritmo incontrolado y mis ojos piden a gritos ayuda, ayuda para poder salir de aquí, de este viaje sin retorno, de esta casa sin puerta, de esta olla apunto de explotar.
Enfrente cristalinos, aturdidos, confusos yacen tus ojos, perdidos, agobiados tampoco encuentran la salida. Piensas y maldices en que momento me diste la mano para hacer este viaje. La única diferencia que posees tú es que sabes con certeza que esa habitación esta tapiada, dejándonos solos, sin escapatoria, sin rumbo. Perdidos.
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